En los próximos años seguiremos presenciando una «revolución» tecnológica. ¿Cómo afectará la creciente presencia de nuevas tecnologías en el hogar a sus roles fundamentales en el desarrollo humano y la creación de una sociedad equilibrada y humana?
Primero, debemos preguntarnos si las incursiones de la tecnología en el hogar son inevitables y, de ser así, ¿puede el hogar coexistir con este intruso sin que los aspectos críticos de la vida doméstica se vean comprometidos, incluidas las relaciones y el trabajo? ¿Cuáles podrían ser los costos específicos para nuestras vidas en el hogar y cómo se pueden evitar o minimizar?
Además, ¿qué beneficios de una era tecnológica avanzada podemos identificar que se pueden aprovechar mejor en el hogar para potenciar su funcionamiento?¿Cómo podemos dar la bienvenida a estos componentes emergentes de una casa para beneficiar al conjunto?
En el pasado, las ciencias sociales, las neurociencias, la economía y la filosofía han explorado los temas de la constitución individual y las dinámicas de desarrollo, centrándose en la cognición, la acción, la subjetividad y la relación de las personas con el medio ambiente. Pero la ingeniería y la bioingeniería de hoy en día también juegan un papel cada vez más relevante en dicha evaluación.
Se debe desarrollar un nuevo enfoque epistemológico que pueda incluir disciplinas como la sociología, economía y derecho, filosofía y antropología e ingeniería y arquitectura, que podrían desarrollar y considerar nuevos modelos de cuidado. El hogar sigue siendo un lugar paradigmático donde surgen y tienen lugar tales modelos y prácticas de cuidado, dando forma a la personalidad humana y su dimensión corporal, así como las posibilidades sociales para el desarrollo y el crecimiento. Tal enfoque debería concebir cada vez más al ser humano no como un sujeto opuesto al medio ambiente, sino como un actor del medio ambiente.