El estudio “The Excellence and Values” ha revelado una inquietante falta de percepción de valores y excelencia en los lugares de trabajo españoles por parte de los empleados. El estudio transversal, dirigido por la directora del Centro Internacional para el Trabajo y la Familia, Mireia Las Heras, profundizó en los valores de sostenibilidad social y empresarial de las empresas.
Se pidió a 6.290 empleados de diversos sectores y con diferentes niveles de responsabilidad que calificaran a sus empresas en tres áreas: efectividad (uso de recursos de manera eficiente para generar ganancias en un bien o servicio útil); aprendizaje (disponibilidad de recursos necesarios para el desarrollo de sus empleados); e identificación (estímulo de la lealtad de la compañía y el compromiso con un propósito compartido entre el personal). Solo el 28% calificó a sus empresas como excelentes según estos estándares, con casi la mitad juzgando sus lugares de trabajo como intermedios, y casi una cuarta parte calificándolos como deficientes.
Esta percepción de falta de excelencia conduce a una tasa de insatisfacción del 70% entre los empleados con contratos permanentes. Solo 3 de cada 10 dicen que están contentos con su trabajo. Un porcentaje aún menor (el 11% de los hombres y el 24% de las mujeres) se consideran bien remunerados, a pesar de que la mayoría siente que dan su mejor esfuerzo a su trabajo. Esta frustración lleva a más de tres cuartos a sospechar que el estrés está perjudicando la salud de las personas en su empresa. Los encuestados sin contratos permanentes juzgaron a las empresas con menos dureza, tal vez, como sugiere el estudio, porque su situación les hace ser menos exigentes.
Si bien el informe, preparado en colaboración con la firma española de recursos humanos Eurofirms, reveló una satisfacción notablemente baja de los empleados, sugiere cinco caminos hacia la excelencia para mejorar la situación. Recomienda que las empresas se esfuercen por proporcionar: