Existen diferentes políticas en diferentes países europeos que están diseñadas para dar un impulso a las familias. Pablo García Ruiz, profesor de sociología y psicología de la Universidad de Zaragoza e investigador principal del informe «Family Policies: Good Practices in Europe», cree que las políticas individuales «no pueden copiarse exactamente de un país a otro, pero pueden ser adaptadas.»
El estudio, que consideró las «mejores prácticas» en términos de su contribución al bienestar familiar, explica García Ruiz que tuvo en cuenta especialmente el bienestar de los niños y su desarrollo psicosocial dentro de sus familias y comunidades.
Las familias, agregó, «contribuyen mucho a la sociedad, pero necesitan apoyo para contribuir a la sociedad en la que viven: el apoyo que los gobiernos pueden brindarles». Pero tratar de aprobar leyes no es suficiente, agrega. «Poner en práctica las políticas requiere la colaboración de otros agentes sociales».
Hay ejemplos en España de tales colaboraciones, como el «certificado de empresa familiar» del grupo Más Familia y el proyecto de la ONG Desarollo y Asistencia «Hoy Salimos», una actividad de ocio inclusiva para menores con discapacidad intelectual o física.
El grupo de expertos en estudios familiares Family Watch identificó en el informe 32 ejemplos de iniciativas prometedoras que se han realizado en los últimos años en Europa, lideradas por instituciones públicas, privadas y combinadas. Los programas se han clasificado en el informe de acuerdo con el área particular de política familiar que abordan: perspectiva familiar; igualdad de oportunidades para familias vulnerables; cuidado de los niños; equilibrio trabajo-familia; solidaridad intergeneracional; educación e implicación familiar; y talleres familiares. Provienen de 16 países: Italia; Reino Unido; Lituania; Finlandia; Suecia; Holanda; La República Checa; Irlanda; Dinamarca; Portugal; España; Bélgica; Francia; Alemania; Polonia; y Suiza.
Algunos de los programas buscan colocar a las familias en el centro de la acción gubernamental. Otros trabajan a nivel personal con miembros de la familia para fortalecer las relaciones y apoyar a las personas en sus roles familiares. Algunos trabajan con familias con dificultades agregadas como pobreza, desafíos físicos o mentales, padres solteros, educación deficiente o delincuencia. Otros proponen variaciones en el cuidado y la educación de la primera infancia. Aquellos que trabajan para mejorar el equilibrio entre el trabajo y la familia incentivan y reconocen iniciativas en el lugar de trabajo en lugar de presionar para la intervención del gobierno. Tres de los programas belgas incluyen soluciones de vivienda para ancianos, familias con niños, inmigrantes, personas con síndrome de Down y personas con demencia. Varias de las iniciativas imparten habilidades de crianza, algunas de ellas dirigidas a necesidades especiales.