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Ellos también quieren conciliar. ¿Qué barreras lo impiden?

Cambio de paradigma masculino en el entorno laboral: cada vez hay más hombres interesados en conciliar trabajo y familia. Pero, aunque las organizaciones reconozcan ese derecho, no siempre está bien visto este comportamiento.

Los profesores Sabrina Tanquerel y Marc Grau-Grau, expertos de ‘Elevating Fatherhood’, describen en este artículo las barreras que, según estudios recientes, encuentran los hombres a la hora de poner la concilicación en práctica.

A medida que el teletrabajo se generaliza se dibuja un mundo laboral más ágil y flexible. A la vez, se genera un entorno más respetuoso con el derecho a la conciliación de los trabajadores. Sin embargo, la pandemia también parece haber aumentado la porosidad entre el ámbito laboral y familiar, y haber acentuado las desigualdades de género en muchos países.

Sin duda, una crisis sanitaria no será suficiente para redefinir en profundidad las representaciones del compromiso profesional y la división de género del trabajo. La transformación de la empresa debe implicar también un profundo cuestionamiento de ciertas normas masculinas en el mundo del trabajo, en particular las que giran en torno a la flexibilidad.

Las demandas de flexibilidad en el trabajo han sido consideradas durante mucho tiempo una prerrogativa de las mujeres. De hecho, cuando en los años 70 del siglo pasado las mujeres se incorporaron masivamente al mundo laboral, las empresas adaptaron ciertos procedimientos para facilitar la articulación entre sus carreras y su vida familiar. Curiosamente, esta cuestión no afectó demasiado a los hombres, reforzando la idea de que la conciliación no iba con ellos pues tenían que centrarse, prioritariamente, en el desarrollo de sus carreras.

Ellos también quieren conciliar

Estudios recientes apuntan a que los hombres aspiran cada vez más a la conciliación de la vida laboral y familiar, y algunos expresan su deseo de participar más en la esfera familiar. Aunque la pandemia ha realzado estas nuevas expectativas, sigue habiendo muchas barreras para que los hombres las puedan cumplir. En un artículo que publicamos en 2020, destacamos que los hombres siguen enfrentándose a tres tipos de barreras:

Por otra parte, clasificamos a los hombres que entrevistamos en tres categorías:

Dependiendo de la categoría a la que pertenezcan, los hombres perciben unas u otras barreras y articulan distintas estrategias que movilizan de forma visible o invisible.

Los que se ajustan a la norma de género (conformers) rechazan las políticas de conciliación; los que dudan (borderers) utilizan estrategias invisibles, como puede ser negociar informalmente con un superior jerárquico, sin usar formalmente las políticas de flexibilidad de la organización. Por último, los que retan la norma de género dominante (deviants) se atreven a utilizar abiertamente las políticas de conciliación propuestas por la propia organización, así como dejar, si es necesario, su organización y hasta el mundo corporativo para poder desarrollarse en su ámbito familiar.

Masculinidad y entorno

Nuestra investigación nos ha permitido comprender mejor la heterogeneidad de los hombres en temas de conciliación y cómo su relación con las normas de masculinidad y paternidad influyen en su forma de vivir y trabajar.

La cuestión de la legitimidad de los hombres (o más bien de la falta de ella) para tratar estos temas en un contexto organizativo es fundamental. Nuestros resultados subrayan que la falta de apoyo de la jerarquía y de los colegas en estas cuestiones y, a menudo, el desfase entre el discurso organizativo y la realidad de las prácticas es lo que enriquece la falta de legitimidad percibida por muchos hombres participantes en el estudio.

Con el apoyo de las organizaciones

La pandemia contribuirá, sin duda, a la evolución de las organizaciones de trabajo. Sin embargo, el camino hacia un mundo laboral más respetuoso con la conciliación entre trabajo y familia debe pasar, necesariamente, por cuestionar las normas de masculinidad y virilidad en la empresa.

Para que la pandemia no suponga un retroceso en los roles de género, las organizaciones deben mostrar más responsabilidad, apoyo y compromiso para reconocer las necesidades de conciliación de los hombres.

Este apoyo puede lograrse mediante una mayor comunicación interna sobre estas cuestiones, la formación de los directivos y una cultura empresarial que apoye explícitamente la flexibilidad y el fomento del equilibrio para todos.

No olvidemos que esta causa está en el centro de los retos actuales de atracción, retención y rendimiento de las organizaciones.

 

Este artículo fue publicado originalmente por The Conversation el 26 de septiembre de 2022 y se reproduce aquí bajo una licencia Creative Commons.

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