La carta (el texto completo y la lista de firmantes se pueden leer aquí en el periódico El País), comienza con una declaración de aprobación de los esfuerzos del gobierno español para utilizar medios tecnológicos para salvar vidas mediante la optimización del sistema de salud y, en última instancia, conseguir la erradicación del virus COVID-19. El país, de hecho, había comenzado recientemente a usar aplicaciones y experimentar con datos de teléfonos móviles para gestionar la crisis de salud. Continúa la carta insistiendo en que el procesamiento «legal, ético y transparente» de datos personales sensibles será crucial para mantener la confianza pública en las instituciones públicas y en las empresas. Finalmente, la carta establece formas de alcanzar ese nivel de tratamiento ético de datos, recomendando el establecimiento de un organismo multidisciplinario para supervisar el cumplimiento y evitar el abuso.

STI: Eres uno de los 60 expertos en problemas de privacidad que firmaron una carta dirigida al gobierno español.

MC: Sí. Un amigo mío, un profesor de derecho de la Universidad de Granada, me preguntó si quería unirme y firmar, y pensé que era una buena acción.

STI: ¿Cual es el objetivo de esta carta?

MC: Pide al gobierno que preste atención a los posibles problemas relacionados con el uso de los datos de los ciudadanos para enfrentar la crisis del COVID-19. Pide que la recopilación de datos sea proporcional a la necesidad de la misma; que se maneje con la máxima seguridad; que tenga un alcance y tiempo limitados; que sea supervisada por una instancia neutral de expertos; y que se mantenga fuera de las manos de iniciativas privadas con ánimo de lucro.

STI: ¿Por qué motivo la suscribiste?

MC: Para mí fue importante apoyar esta carta. He notado que en todo el mundo, incluso en Europa, la respuesta al COVID-19 ha llevado a medidas que restringen la libertad y, a veces, la privacidad de los ciudadanos. Esto incluye los planes para usar datos de teléfonos inteligentes. Ahora, por supuesto, entiendo completamente que en situaciones extraordinarias, como esta crisis, deberíamos considerar medidas distintas de las tomadas en tiempos normales. Pero creo, desde un punto de vista ético, que al menos deberíamos tener una discusión sobre las posibles amenazas a la ética y los derechos de los ciudadanos.

STI: ¿Cuál es su reacción personal al modo como los gobiernos europeos están tratando la crisis?

MC: Personalmente, estoy muy sorprendido de que se necesite tan poco para pasar de una situación liberal y democrática a una que se sienta más como un sistema autoritario. La situación de cierre se siente muy extraña: se supone que no debes salir, la policía está patrullando y haciendo cumplir la prohibición de reunir incluso a unas pocas personas, la gente se mira sospechosamente, etc. Estoy un poco sorprendido por todo esto, y realmente me pregunto por qué no hay más protestas o al menos discusión sobre las medidas bastante amplias que se están tomando. Creo que es importante mantener una actitud crítica saludable hacia cualquier tipo de gobierno, especialmente cuando un gobierno toma medidas «excepcionales».

STI: ¿Qué significa esta situación para su trabajo como investigador?

MC: Creo que necesitamos más discusión sobre cómo lidiar mejor con las crisis mundiales: la crisis climática, la crisis económica, las amenazas tecnológicas y, por supuesto, las pandemias. Los filósofos pueden contribuir a esto, por ejemplo, empleando filosofía política (algo que también defendí en Barcelona en la reunión de expertos de «Technology and the Good Society” de STI). Actualmente estoy haciendo esto. Necesitamos más trabajo sobre el papel de las tecnologías como la Inteligencia Artificial en el tratamiento de estos problemas y sobre lo que significa la libertad hoy en tiempos de crisis mundiales «.