La benevolencia, entendida como la disposición a ayudar o hacer el bien a los demás, a menudo se pasa por alto como la motivación para comportarse desinteresadamente, y en ninguna parte más que en el entorno empresarial, donde se espera la búsqueda de beneficios.
Sin embargo, comprender y practicar la benevolencia beneficia a todos, individuos, grupos y estructuras sociales como las empresas. STI organizó esta Reunión de Expertos para reunir a pensadores de los campos de la filosofía, la sociología, la psicología y la gestión para reflexionar sobre el concepto en cuatro áreas: Benevolencia, florecimiento humano y desarrollo social; Integrar la benevolencia en la economía y la gestión; Benevolencia, actividad empresarial y liderazgo; y Benevolencia entre culturas.
A nivel individual, la benevolencia sirve para presentar un estilo de liderazgo caracterizado por una variedad de comportamientos basados en la bondad. Entre ellos se encuentran: la adopción de un enfoque humano; justicia y equidad; acomodar los problemas personales; tratar a los demás con respeto; cuidar y ser receptivo; comunicarse con un toque personal; compartir información de manera transparente; explicando lógicamente; escuchar atentamente y valorar las opiniones de los demás; asesoramiento y tutoría; y ser inclusivo como líder.
A nivel organizacional, la benevolencia puede informar la reflexión sobre el propósito mismo de la actividad empresarial, colocando a la persona en su centro. A nivel social, puede aclarar los motivos detrás de los programas de responsabilidad social corporativa. Más allá del interés propio, la benevolencia proporciona motivaciones más altruistas orientadas a la contribución de la empresa al bien común de la sociedad.
La discusión de las dos primeras áreas se llevó a cabo en línea el 1 de julio, y las otras dos áreas de debate se dejaron para una fecha posterior. El volumen publicado incluirá todos los trabajos, con un capítulo introductorio a cargo del director académico del proyecto, Joan Fontrodona.