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Empresas: pensad en el largo plazo

Jordi Canals, vicepresidente de STI y presidente del Center for Corporate Governance (CCG) del IESE, exhorta a las empresas y gobiernos a tener una mirada amplia y entender las tendencias del contexto político, económico y social.

Mirar a largo plazo y comprender el contexto. Esas son las dos grandes capacidades que, en opinión del profesor Jordi Canals, deben tener las empresas y cualquier tipo de gobierno ante el actual panorama político, económico y social mundial.

En un artículo publicado en el periódico económico español ‘Expansión’ y titulado ‘Comprender el mundo que viene’, el vicepresidente de STI explica que “con la crisis geopolítica internacional más grave de los últimos cincuenta años y con un shock económico de efectos diversos, las luces largas son imprescindibles”.

Por ello, exhorta a las empresas a “tener una iniciativa emprendedora para reaccionar con agilidad y rapidez ante cambios inesperados” y, al mismo tiempo, las anima a “tener un cierto punto de vista sobre el futuro, comprender las tendencias que lo definirán, pensar en escenarios alternativos y marcar un itinerario a seguir, con la flexibilidad si cambian los supuestos”.

“Empresas y gobiernos deben recordar que el futuro no es una prolongación del pasado, pero la historia sí ayuda a comprender de dónde venimos y dónde hemos tropezado antes”, opina Canals, que habla de seis factores clave para considerar en el gobierno corporativo, pensando en el escenario internacional del futuro inmediato y teniendo en cuenta las actuales circunstancias globales.

1. Un nuevo equilibrio internacional, más inestable y volátil

Según Canals, el actual orden mundial, con unas reglas del juego claras e instituciones internacionales respetadas por todos los países, está desapareciendo en favor de los “principios del propio interés y del nacionalismo en estado puro”. El auge de los populismos y el probable deterioro del orden internacional a causa de la guerra de Ucrania están cambiando la situación global, sugiere. Por ello, el profesor considera que las empresas deben ser conscientes que “el orden internacional abierto que ha sido dominante desde los años 1990 y que ha permitido una expansión importante de la integración económica internacional” puede cambiar radicalmente.

2. Un mundo semiglobalizado

El presidente del CCG considera que “la globalización económica como la hemos vivido en las últimas dos décadas sufrirá un frenazo importante, cuando no un retroceso” y que el actual modelo es ya el de la “semiglobalización”. Así lo demuestran, dice Canals, los esfuerzos de relocalización de la cadena de valor en ciertas regiones del mundo que están llevando a cabo todo tipo de empresas. En ese sentido, el profesor considera que las compañías “deben elaborar escenarios y plantear de nuevo la pregunta “¿Qué pasaría si…?”, aunque su deseo es que “dentro de unos años, podamos volver a vivir un periodo de globalización intenso, pues las ventajas para la mayoría de países son superiores a los inconvenientes”.

3. El alza de los precios

El encarecimiento de los combustibles fósiles, de materias primas alimentarias y de ciertos minerales preciosos “auguran no sólo una mayor inflación, sino también la búsqueda de una mayor independencia económica de los países que puedan permitírselo y una menor integración”. Por ello, Canals opina que los gobiernos deben afrontar con responsabilidad esta realidad y recuerda que “si el problema de la inflación es persistente, los tipos de interés serán necesariamente más altos”.

4. La necesidad de mejorar la eficiencia de la gestión

En el artículo, Canals se muestra convencido de que “las empresas deben ser eficientes” y recuerda que “las empresas que se limiten a reducir gastos quedarán exhaustas y sin capacidad creativa para generar nuevas ideas y conceptos de negocio”. El profesor opina que algunas ideas, productos y negocios actuales quedarán obsoletos, pero que nacerán otros, y aconseja a los directivos que piensen a fondo sobre los modelos que puedan prevalecer en el futuro, para empezar a invertir en ellos.

5. El cliente, en el centro de la empresa

Las empresas no pueden usar la crisis y la búsqueda de la eficiencia como excusa para traspasar sus mayores gastos a precios más altos para sus clientes, dice Canals. No es tiempo de basarse “en la prepotencia y en la arrogancia, sino en la capacidad de servir a los clientes”, afirma. Por ello, añade el profesor, es momento de insistir en el propósito de la empresa y destacar las razones por las que una compañía existe, así como “servir a los clientes de una manera efectiva, generando un beneficio razonable”. Sin esto, “no hay empresa, y todo queda en un negocio de poco recorrido”.

6. Invertir en las personas

En un momento en que muchas empresas están experimentando una mayor rotación de profesionales, es necesario que las compañías hagan más esfuerzo para invertir en sus personas, afirma Canals, concluyendo que “muchas personas y familias están saliendo con dificultad de la crisis del Covid-19. Las empresas que saldrán más fuertes son las que consigan motivar y comprometer a sus personas en estos momentos complejos”.

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